Antonio J. López

Buenas y tardías noches Miguel,

El planteamiento que yo quiero proponer es algo con lo que llevo ya un largo tiempo en la cabeza, y es por una parte la obsesión de extrapolar situaciones o ambientes -en un principio ajenas del mundo museístico- a la propia institución, con la intención de modificar el espacio y transmitir otra posibilidad e imagen del mismo. Eso a modo groso. 

Más concretamente quiero referirme, por ejemplo, el trasladar un evento deportivo como es la maratón, que en relación a la performance o la danza, guarda esa vinculación en lo que respecta a la preparación y control del cuerpo. Al igual que en una acción performativa o de danza, el deporte requiere de una serie de acciones, movimientos e incluso mentalizaciones previas que ayuden a alcanzar dicho objetivo como algo premeditado. En el running o competiciones como la maratón, requieren y exigen de ese control del cuerpo, del tiempo y del espacio mediante el entrenamiento. 
Como vivencia y experiencia personal con uno mismo y su propio cuerpo (y también con lo que le rodea) es algo bestial. Pero la idea de todo esto, realmente reside en el interés por plasmar una situación opuesta a dicha acción. Es decir, durante el tiempo que yo realizo ese recorrido o carrera me planteo la siguiente cuestión ¿Qué es lo que estará sucediendo al mismo tiempo en otros lugares mientras yo me encuentro haciendo esto? En lugares de conflicto como Siria, o Iraq (por ejemplo).

Eso me lleva a la idea de proyectar dos situaciones que se desarrollan a la vez, pero que ambos contextos se contraponen y no guardan relación, al menos en un primer instante. En hacer partícipe al público de ese proceso y concienciarlos de que en ese mismo instante está sucediendo algo en otro lugar mientras ellos están siendo grabados también. 


Hablando esta tarde con Melisa en el Centro José Guerrero, le explicaba mi propuesta, y finalmente llegamos a la conclusión de que sería interesante llevar a cabo ese recorrido a modo de "maratón" (y festejo) dentro del propio museo, para después ir documentando los instantes en el que los espectadores alcanzan el punto de llegada mientras son cronometrados (con fotografía o vídeo) y que posteriormente se irían incorporando esas imágenes en el espacio, conformando así una visión global y general del tránsito que ha ido transcurriendo por el museo en determinados momentos. Creando una relación también (no evidente) sobre la vigilancia y acoso en los museos.