Hablando con Lolo, me contaba que estaría bien que la acciones y performances tuvieran, además de un discurso colectivo, bajo el tema o lo que se decidiera, la posibilidad de tener una lectura en un sentido y otro, no se si reversible, que hiciera que el recorrido de salida tuviera el mismo interés que el de entrada.
Bajando con él ha sido cuando he pensado en ese interés del concepto de lo que dejamos atrás en el camino, y que en nuestro regreso descubrimos. El visitante al José Guerrero tiende a avanzar, sin pensar en lo que deja, por naturaleza de nuestra propia acción de caminar, a su espalda. Pero el Guerrero, en su descenso, nos sorprende con la pared de cristal de la última planta, que siempre sorprende a los visitantes primerizos al descubrir a alguien allí mirando la bajada de las escaleras, o el propio reverso de las escaleras, de una potencia estética única al dejar pasar la luz por los huecos entre escalones.
Creo que sería interesante generar acciones en relación a estos espacios y el concepto de regreso.